De la sabia voz de Martha, nuestra compañera aprendiz, me cuenta una forma de apanar el pollo.
Necesitamos:
Harina de trigo
Sal (cantidad necesaria)
Pimienta (cantidad necesaria)
Pechuga de pollo
Luego de cortar cuidadosamente los filetes de pechuga, procedemos, como en cualquier apanado, a cubrirlas con los demás ingredientes y los dejaremos reposar sobre la harina por un tiempo considerable, entre 30 y 60 minutos, aunque me confesó que una vez los dejó de un día para otro y quedó muy rico.
Al parecer, éste tiempo podría ser clave para encontrar un sabor digno de merecer una medalla, o al menos, darle un agradecimiento a Martha.
Finalmente, se toman los filetes y se agregan a un sartén con aceite MUY caliente (recordar que esta es la clave para que el producto no salga escurriendo aceite del recipiente). Apenas se empiece a dorar un lado, se le da la vuelta. Una vez dorado el otro lado, estará listo para servir.
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